La luz del sol se filtra por las hojas del tupido bosque, descendiendo hasta el suelo y creando en el un juego de luces y sombras, la hembra de ciervo come tranquilamente la fresca hierba, una ligera brisa acaricia su pelaje y sus sentidos, siempre alerta, solo captan el sonido de las aves. De pronto a todas las fibras de su cuerpo llega una sensacion, y en su mente comienzan a forjarse pensamientos sencillos, "amigo", "comida", sin darse cuenta camina hacia el origen de esas vibraciones que invaden todo su ser, llega a un claro en el que puede ver la figura de un hombre, sentado en el suelo con una mano extendida ofreciendole unas apetitosas ballas, su mente vuelve a decirle "amigo", "comida", y prosigue en su avance.
Una sombra desciende sobre ella, su peso la hace caer al suelo, unas fuertes garras se clavan en su piel inmovilizandola y siente como unos grandes colmillos se incrustan en su garganta, oprimiendo su traquea y dejandola poco a poco sin aire hasta que su corazón deja de latir.
-Alimentate bien amigo, pronto seremos convocados.
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